Hace un año estábamos en Chiloé, con motivo de la realización del 41° Congreso Nacional de Achet. Todos quienes estuvimos en esos días en el Archipiélago de Chiloé tenemos recuerdos de lo distinto que fue ese encuentro. No fue nada fácil hacer las actividades. Las razones son las que todos conocemos, pero se dio un espacio de unidad y de querer seguir adelante con las actividades.
Tejiendo redes, las virtudes del Congreso Achet
Más allá de recordar lo complejo que fue para la mayoría llegar a la ciudad de Castro el sábado 19 de octubre, permanecer el 20 y 21 para finalmente volver a sus hogares el martes 22, quisiera una vez más agradecer y destacar el compromiso que cada uno de ustedes tuvo y ha tenido en las 41 versiones de este congreso de la industria del turismo de Chile.
Hay relatos memorables sobre cómo algunos debieron llegar a la inauguración por caminos interiores y otras experiencias que vivimos en esa oportunidad, pero en este mensaje quisiera reflexionar de lo que ha hecho que el Congreso de Achet –evento que se ha convertido en una tradición anual para la industria del turismo– sea algo tan especial para el turismo.
El congreso lo hacemos año tras año literalmente “a mano”, pensando en que la experiencia sea inolvidable. Es así como juntos hemos ido creando un evento que quien lo vive, quiere volver a participar en él, porque ahí tenemos un espacio para reencontrarnos, conversar, debatir, negociar, aprender, y sobre todo “vivir” el lugar que nos recibe a través de sus paisajes, gastronomía, artesanía, hotelería y, lo más importante, conocer alguna propuesta nueva o renovada del destino que acoge al congreso.
Y es que el Congreso de Achet tiene su sello: en sus diversas versiones, uno de nuestros propósitos ha sido explorar nuevos destinos desconocidos, pero con potencial de desarrollo turístico de la región anfitriona. Tanto o más significativo es la construcción de redes que logramos con pequeños empresarios locales, artesanos, municipios, autoridades regionales, agrupaciones comunitarias, en fin, con los habitantes de los lugares sedes y locaciones de nuestros encuentros.
Durante los meses que preparamos el 41° Congreso hubo muchas personas con quienes construimos redes de confianza para lograr un solo objetivo, llevar hasta Chiloé a los líderes de la industria del turismo chileno.
Lo logramos y al mismo tiempo nos quedaron vivencias pendientes. Por ello espero que en algún momento podamos recorrer nuevamente el maravilloso destino turístico “Archipiélago de Chiloé”.
Ahora, con la energía y el cariño de siempre, solo resta decir hasta el próximo Congreso Achet. ¡Nos volveremos a encontrar!