Politours fue un gigante de la turoperación en España con gran presencia en Latinoamérica. Hablamos en pasado no porque la marca haya muerto (aunque estuvo en una situación crítica tras la pandemia), sino porque esa posición en el mercado ya no existe. Aunque aspiran a recuperarla con una renovación total en la compañía.
Luis Resina, CEO de Politours.
Acudiendo a un símil futbolístico, Politours es un equipo modesto (que ganó ligas y campeonatos internacionales), que lucha por volver a lo más alto tras ser arrastrado a divisiones inferiores.
Bajo el liderazgo de Luis Resina, antiguo responsable de cuentas turísticas de la agencia AVIAREPS y trabajador de Politours en el pasado, el directivo vuelve a la que fue su casa para hacerla resurgir.
Para ello, ha fichado a grandes “jugadores” del sector, entre ellos antiguos trabajadores de Politours y a su actual director de producto, Iván Macías, ex de Tourmundial en Portugal y de Nautalia.
¿Cómo afronta este equipo la responsabilidad de retomar la marca Politours? ¿Qué ha cambiado en la compañía? Y lo que es, incluso, más importante, ¿qué no?. En Ladevi hemos entrevistado en exclusiva a Resina para despejar todas las dudas.
Politours o cómo "renacer paso a paso"
Politours ha renacido prácticamente desde cero, ¿cómo ha sido ese resurgimiento?
El 8 de abril comenzamos con la contratación de personal, abrimos nuevas oficinas en la calle Orense de Madrid y nos pusimos a elaborar un producto renovado. Empezamos con 15 destinos y hoy superamos los 30, y es un no parar.
A medida que desarrollamos un Jordania pensamos en Omán, al diseñar Turquía añadimos Grecia, y así la bola se hace cada vez más grande. Todo ello ha sido posible gracias a una nueva inversión y dentro de un plan de negocio a tres años que busca recuperar la esencia de la antigua Politours, especialmente sus puntos fuertes. (...) Pero queremos ir paso a paso.
En un mercado tan competitivo, ¿qué diferencia a Politours de otros turoperadores?
Nada está inventado, pero sí podemos aportar valor añadido. En muchos destinos, la asistencia en aeropuerto es solo en inglés; nosotros la ofrecemos en castellano. Incluimos también experiencias especiales, como una visita a la ópera en Armenia o a una fábrica de brandy con degustación.
Eso hace que nuestros viajes sean un poco más caros, pero también más exclusivos. Además, tenemos la ventaja de mantener un trato muy personalizado con las agencias de viajes. Prefiero una llamada de 20 minutos antes que un correo impersonal. La inteligencia artificial nos sirve para agilizar procesos, pero no para sustituir la cercanía con el agente.
¿Cómo pueden las agencias contactar con vosotros?
Por cualquier medio: en persona en nuestras oficinas, por teléfono —mi móvil de empresa es mi móvil personal y siempre lo atiendo cuando puedo— o por correo electrónico. El buzón genérico de Politours lo reciben todos los empleados y se gestiona a diario. La accesibilidad y la rapidez son parte de nuestra forma de trabajar.
¿Disponéis de un equipo comercial que visite agencias?
No como tal. Hoy todos hacemos de todo: reservas, producto, atención telefónica. Contamos con siete personas en Booking, pero esas mismas siete están también en Producto. En un futuro sí contemplamos un departamento comercial específico, pero ahora la prioridad es otra.
Politours aspira a triplicar su facturación en el próximo año
¿Qué previsiones manejáis para 2026?
Queremos triplicar las ventas respecto a este año. Aunque Politours es un nombre grande, en volumen actual somos pequeños. Hemos superado las previsiones iniciales y confiamos en mantener ese crecimiento.
¿Qué destinos son ahora vuestro punto fuerte?
Trabajamos a nivel global. Es importante desterrar la idea de que solo hacemos cruceros fluviales. El mundo es mi mercado. Si soy capaz de vender India con Maldivas, también puedo ofrecer Toledo o Portugal. Hoy somos más flexibles que los grandes turoperadores y podemos personalizar viajes que otros rechazan. Eso es un valor añadido clave.
Destinos fuertes tenemos muchos: Turquía, Estados Unidos —especialmente Nueva York—, Asia con Tailandia y China, países escandinavos… y estamos ultimando programación en Latinoamérica: Chile, Perú, Argentina, Brasil.
¿Cómo se asegura Politours de que sus agentes conozcan los destinos?
Apostamos por la formación continua y por viajar. Nuestra directora de booking ha regresado de Costa Rica, Iván de Grecia y Noruega, yo mismo de Finlandia. Queremos que quien atienda a una agencia haya pisado el destino. Participamos en workshops y seminarios porque nos dan visibilidad, conocimiento y contactos.
Latinoamérica, clave para el plan de expansión del turoperador
Hablando de Latinoamérica, ¿por qué es estratégico en vuestro plan de expansión?
Siempre lo ha sido. En el antiguo Politours teníamos un departamento específico para este mercado. Conocemos al cliente latinoamericano y sabemos qué producto demanda. Además, el viajero español está hoy más comedido, por lo que necesitamos diversificar.
No es un misterio que varios turoperadores estén mirando hacia Latinoamérica, pero nosotros partimos con la ventaja de la experiencia y los contactos. Allí la marca Politours sigue siendo conocida, aunque desapareció de su radar durante los años de pandemia. Queremos recuperar esa presencia.
Más allá de los tours regulares, ¿qué otros productos ofrecéis?
Tenemos cruceros —fluviales y marítimos—, trenes, viajes de autor y salidas exclusivas en fechas señaladas. De cara al próximo año queremos lanzar viajes temáticos: a Turquía con un arqueólogo, a Armenia con un fotógrafo o itinerarios ligados al deporte y la cultura. Son proyectos ambiciosos; no todos saldrán adelante, pero si no sueñas diez, no logras uno.
¿También organizáis viajes para grupos a medida?
Por supuesto. Cotizamos a medida lo que necesite la agencia. Esa flexibilidad, tanto en grupos como en individuales, es otra de nuestras señas de identidad.
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