Cada persona es un líder en potencia. Las investigaciones sobre el liderazgo indican que para liderar a un grupo de personas (recursos humanos) es necesario primero liderarse a uno mismo, lo que denominan como autoliderazgo.
Recursos humanos: el liderazgo desde las neurociencias
Los grandes desafíos de las neurociencias se plantean en poder conocer los mecanismos para saber cómo hacer que el equipo haga las cosas que les encargamos teniendo en cuenta su estado emocional.
Claves para un liderazgo efectivo
- Para que se pueda ejercer un liderazgo efectivo, es necesario que el líder aprenda a autodirigirse, para lo cual es necesario que sea capaz de:
- Responder quién quiere ser.
- Saber quién es y donde está en ese momento, reconociendo sus fortalezas y debilidades.
- Identificar sus nuevos aprendizajes para diluir las debilidades.
- Experimentar, llevar adelante la estrategia, su plan y practicarla.
- Desarrollar un proceso de mejora continua personal. La autodirección consiste en generar la habilidad para dirigir su propio avance.
La gestión de las emociones del grupo
La buena gestión de las emociones grupales, según Goleman, D. (2006), le da al líder la capacidad de influir en el grupo y le alerta sobre los riesgos que atentan contra el desarrollo del liderazgo efectivo. Para ello es necesario poner el foco en:
- La ambición ciega.
- Las metas inalcanzables por los elementos que se requieren para llevarlos a cabo.
- La fuerza incansable para realizar las tareas.
- La conducción del grupo cuando es muy insensible y fuerte, lo que da lugar al estrés.
- El deseo de poder, al pretender intereses por encima de los del grupo.
- El deseo irrefrenable de reconocimiento, por lo que es factible que no se reconozcan los esfuerzos y logros del grupo, convirtiéndolos en propios.
- La necesidad de parecer perfecto, por lo que se rechaza la crítica y se niegan los errores, culpando a los demás sin asumir responsabilidades.
Te puede interesar:
Recursos humanos: los roles gerenciales y el neuromanagement.
Cómo ser un líder exitoso
Según los nuevos enfoques en dirección de empresas, el éxito de los líderes “no depende de lo que hacen sino de cómo lo hacen”. Y su función básica ante el grupo es emocional.
En la llamada función primal conducen a la gestión de las emociones de los integrantes del grupo; así el líder se convierte en un “gestor de significado”.
Cuando se adopta el papel de líder dentro de una organización, el estilo de liderazgo va a depender de cómo se manejen:
- Las habilidades técnicas: capacidad para poder utilizar a favor del grupo los recursos y relaciones necesarias para desarrollar tareas específicas y enfrentar problemas.
- Las habilidades humanas: permiten la influencia en las personas, considerando las emociones, los principios de comunicación y motivación y de una aplicación efectiva de la conducción del grupo.
- Las habilidades conceptuales: la capacidad que se tiene para comprender la complejidad de la organización en su conjunto y entender dónde engrana su influencia personal dentro de esta.
Existen ejercicios de percepción para ampliar nuestra capacidad de liderazgo. Se usan herramientas para comprender a qué hemisferio vamos a dirigirnos para dar órdenes al equipo o de qué manera podemos dirigirnos al hemisferio racional o emocional. Los estímulos que activen el hemisferio derecho lograrán que el liderado considere como propia la meta u objetivo propuesto por el líder.
KENNETH BLANCHARD
* Marcelo Cristale es licenciado y profesor en Psicología. Psicólogo social. Rector del Instituto de Formación Superior en Turismo de Aviabue. Profesor de Psicología y Neurociencias aplicadas al Turismo en la Maestría en Economía y Gestión del Turismo de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
Temas relacionados