Verano de calor extremo: ¿Bueno o malo para el turismo?

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calculó que en 2023 se perdió a nivel mundial un 2% de las horas de trabajo debido al calor extremo, el cual afecta el rendimiento, principalmente por fatiga y problemas de atención derivados de las altas temperaturas, insolación y deshidratación.

En Chile, hay algunos rubros que debido a su naturaleza de trabajo se ven más afectados por las olas de calor, siendo principalmente aquellos que desarrollan su actividad en plena intemperie, como la agricultura y la construcción.

Frente a esto, estos rubros han ido incorporando algunas medidas para el bienestar de sus empleados, como realizar una única jornada agrícola desde 6.00 a 14.00 hrs, o tener pausas laborales posteriores a 45 minutos de trabajo continuo en las construcciones.

¿Qué pasa con el turismo?

Si bien el calor puede llegar a ser un obstáculo para quienes trabajan a la intemperie como guías turísticos, desde algunos gremios del sector señalan que “el calor es mejor que el frío”.

Así lo señaló a Emol, el presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga), Máximo Picallo, quien dijo que "cuando no se trata de eventos excesivamente peligrosos, el calor es un aliado para la gastronomía. Potencia las terrazas, potencia el hecho de que las personas hagan un break para tomar algún refresco en los restaurantes. No lo vemos como algo extremadamente negativo".

Esto fue complementado por Jaime Guazzini, presidente de la Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur), quién dijo que el calor “es un aliado del turismo”.

“Las personas tienden a buscar lugares donde capear las altas temperaturas de esta época del año, siendo los balnearios, centros vacacionales y turísticos opciones muy cotizadas por las personas para pasar estos días u olas de calor como la que se está dando".

Sin embargo, la tragedia generada por los incendios en la Región de Valparaíso -con las altas temperaturas como uno de los factores- también pueden llevar a grandes pérdidas en ciertos sectores turísticos del país.

“El daño al comercio en general es evidente en diversos sentidos. Por una parte, estas actividades sufren un profundo daño al no poder funcionar de manera normal, ante los cierres por la emergencia, los problemas de transporte, y sin duda, por la afectación de sus locatarios, trabajadores y trabajadoras, muchos de los cuales han sido víctimas directas de los incendios. En cuanto a la actividad turística, sin duda esta sufre una profunda afectación, debido a que las ciudades, sus habitantes y servicios, se encuentran en una emergencia”, indicó frente a la emergencia el presidente de la Cámara Regional del Comercio de Valparaíso, Javier Torrejón, a La Tercera.