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Aerolíneas: los nuevos desafíos en una etapa de vertiginoso crecimiento

Nuevas rutas y robustecimiento de la flota de aviones son algunas de las aspiraciones que ilusionan a las aerolíneas para este año de crecimiento.

Un “año de crecimiento”. Así ven dentro de la industria el panorama para 2025, en especial las aerolíneas, quienes jugaron un papel fundamental en el proceso de “reactivación del turismo” en 2024.

Y para los próximos meses, en medio de una serie de desafíos, las líneas aéreas nacionales ven un pronóstico favorable en cuanto a movimiento, incluso mejor al período pasado.

Tras un intenso año, lleno de logros para el turismo chileno- como la histórica cifra de más de 28 millones de pasajeros transportados; y la llegada de alrededor de 5 millones 200 mil turistas extranjeros al país- las aerolíneas comenzaron la temporada alta con el pie derecho.

Por ejemplo, Latam Airlines espera transportar, solo durante los meses de verano, cerca de 5,4 millones de pasajeros, de los cuales 3,6 millones corresponderían a rutas domésticas y 1,8 millones para destinos internacionales.

Para la compañía, lo anterior significaría un aumento significativo en sus vuelos, sumando más de 142 mil 300 salidas durante los meses peak del verano, cinco mil más que en el período 2023-2024.

En el caso de SKY Airline, se espera que para marzo de 2025 el flujo de pasajeros sobrepase los 2,2 millones, destacando el movimiento en rutas dentro de Chile que podrían llegar a un millón 600 mil personas.

Mayor conectividad como eje de crecimiento

Estos favorables números actuales de las compañías aéreas se justifican por una serie de factores, donde el principal ha sido el fortalecimiento de la conectividad aérea entre Chile y mercados de interés en los que se ha ampliado el abanico de rutas.

La política de “Cielos Abiertos” decretada por Javier Milei en Argentina fue una de las noticias que favoreció enormemente las oportunidades de las aerolíneas nacionales, que ven al mercado trasandino como una importante oportunidad de crecimiento.

Otro notable avance fue el aumento de vuelos de aerolíneas nacionales hacia ciudades de Brasil, un destino que a su vez generó un impresionante flujo de turistas hacia Chile, entre los que contabilizaron 787.036 visitantes hasta el mes de diciembre de 2024.

Lo anterior también se reflejó en las salidas de chilenos, expuestas en las cifras del informe mensual de tráfico aéreo de la JAC, que mostró sólo durante el último mes del año un gran flujo emisivo de pasajeros hacia el propio Brasil (142.279 personas), Argentina (96.448), Perú (89.905) y Estados Unidos (57.896).

“Vemos que América Latina está bien movido. En Perú también debiera haber una mejora en la conectividad, pronto. Se están abriendo rutas hacia Oceanía, con vuelos directos y más frecuentes. Entonces todo eso da cuenta de que hay mayor dinamismo de la industria” señaló la gerente general de la Asociación Chilena de Aerolíneas (Achila), Carolina Simonetti.

Por su parte, Mónica Zalaquett, presidenta ejecutiva de Fedetur, señaló que hay que “recuperar rutas y frecuencias que después de la pandemia se perdieron, especialmente en destinos de larga distancia que son importantes para atraer demanda de esos mercados. La llegada de Turkish Airlines con vuelos a Santiago es parte de la recuperación que se requiere para que el turismo en Chile continúe creciendo”.

Otro factor relevante para la industria aeronáutica es la regularización de las cadenas de abastecimiento de aviones, la cual lleva años en crisis y ha llevado a diferentes compañías aéreas a recurrir a la modalidad de arrendamiento Wet Lease, en donde las aerolíneas contratan los servicios de otras aerolíneas para cubrir determinadas rutas, como es el caso de Latam con la española Wamos Air.

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Se espera que en este año recién se comiencen a dar las primeras señales de avances en cuanto a la obtención de nuevas aeronaves. Según un informe publicado por IATA, se prevé que las entregas de aviones pasen de 1.254 a 1.802, muy por debajo de los 2.293 aviones pronosticado para este año.

Pese al modesto pronóstico de la entidad internacional, desde Achila esperan que entre este año y el siguiente se comiencen a solucionar los problemas que han demorado la entrega de las maquinarias y que han perjudicado parte de la conectividad hacia Chile.

Desafíos para una industria en desarrollo

Pese a las proyecciones y las oportunidades que se presentan para las aerolíneas, el 2025 también trae algunos desafíos que podrían complicar las operaciones.

Algunos de ellos son arrastrados desde el 2024, como los problemas de infraestructura de los aeropuertos nacionales. En diferentes ocasiones las operaciones de las compañías aéreas se vieron interrumpidas, en unos casos por trabajos de remodelación y en otros por deficiencias estructurales de los recintos, como fue el caso del terminal aéreo de Puerto Montt, en el que durante el invierno mostró fallas en los sistemas de aterrizaje ILS.

“Venimos conversando con las autoridades para que, ojalá que más que abrir nuevos aeródromos, se haga una inversión en los que ya existen, para que queden a un nivel en que la capacidad de operación de las aerolíneas sea prácticamente en cualquier condición, todo el año”, comentó al respecto Carolina Simonetti.

En ese sentido, el Plan Nacional de Aeropuertos para Chile 2025-2030 busca cambiar la realidad aeroportuaria del país, inyectando una serie de recursos para subsanar las carencias de los terminales.

Por otro lado, los servicios dentro de los aeropuertos también han sido una “piedra en el zapato” para las aerolíneas.

Un claro ejemplo de lo anterior se vivió durante gran parte del segundo semestre de 2024 en el Aeropuerto de Santiago, donde los lentos servicios de la PDI, la aduana y el SAG afectaron considerablemente las operaciones aéreas, provocando críticas tanto de los gremios, como de los mismos usuarios.

Lo anterior fue tan perjudicial para las operaciones, que según el último informe del Sernac las aerolíneas chilenas acumularon el 90% del total de los reclamos del año pasado, muy por encima de otras compañías aéreas que prestan servicios en el país, siendo SKY Airline la más afectada con un 43,95%. Mientras que Latam y JetSmart le siguen con 23,86% y 22,33%, respectivamente.

“Hay que contar con servicios públicos que sean capaces de absorber la mayor demanda y el crecimiento del turismo en nuestro país (…) La falta de una gobernanza moderna y eficiente que coordine a los distintos actores que operan en los aeropuertos es de los problemas centrales”, señaló al respecto Mónica Zalaquett.

A estas problemáticas se suman las reuniones que tendrán que sostener cada aerolínea con sus respectivos sindicatos de pilotos, quienes, motivados por un contexto mundial de escasez de pilotos- aún lejano para la realidad chilena-, esperan presionar para hacer cumplir sus demandas: mayor compatibilidad trabajo-familia, mayor incidencia en la programación de vuelos y mejoras salariales acorde al mercado.

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