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AMERICAN AIRLINES. La renovación de un gigante

El 2 de julio de 1990 American Airlines aterrizó en Santiago de Chile con un vuelo proveniente de Miami vía Buenos Aires, tras la adquisición de las rutas de Eastern Airlines hacia Suramérica en 1989. Hoy, más de 27 años después, American tiene el orgullo de ser la aerolínea norteamericana más grande en el país, ofreciendo a sus clientes en Chile vuelos diarios hacia sus centros de conexiones en Miami y Dallas/Fort Worth, y desde ahí a cerca de 350 destinos en más de 50 países alrededor del mundo.

Desde 2013 American viene renovando su flota con aproximadamente 400 aeronaves nuevas, convirtiéndola en la más joven entre todas las aerolíneas globales basadas en los Estados Unidos con una edad promedio de 10 años. La flota que American opera en Santiago está compuesta de Boeing 777-200 y Boeing 787-800, algunos de los equipos más modernos de su flota con wi-fi satelital y monitores táctiles en cada asiento, además de tomacorrientes y compatibilidad de USB. Ambas aeronaves cuentan con cabinas de clase Ejecutiva, clase Económica, y en el caso del Boeing 777-200, con el producto más reciente de American, la clase Económica Premium, que ha tenido gran acogida entre los viajeros de negocios.

La clase Económica Premium se encuentra inmediatamente después de la clase Ejecutiva en el Boeing 777-200, que cuenta con asientos de cuero más anchos, más espacio para las piernas, apoyos extensibles para la cabeza y los pies y entretenimiento personal con pantallas más grandes y auriculares de reducción de ruido. En tierra, los clientes de la clase Económica Premium gozan de prioridad durante el check-in y el embarque, y cuando llegan a su destino reciben su equipaje registrado primero. Para completar las comodidades a bordo, la clase Económica Premium cuenta con menúes diseñados por chefs acompañados con vinos, cervezas y licores de cortesía, además de un estuche con productos personales para el vuelo y las nuevas frazadas y almohadas Casper.

Para pasajeros en la clase Ejecutiva, las aeronaves Boeing 777-200 y  Boeing 787-800 cuentan con asientos totalmente reclinables tipo cama, cada uno con acceso directo al pasillo, además de mayores opciones de entretenimiento, de comidas y bebidas, y estuches personales con productos de primera calidad para el cuidado de la piel.

Chile es uno de los pocos destinos en Latinoamérica en donde American vuela el Boeing 787-800. Esta es la aeronave más moderna y tecnológica de la aerolínea, ofreciendo una experiencia a bordo de última generación que incluye mayor humedad y presurización dentro de la cabina, dejando a los pasajeros con una sensación más fresca después de sus vuelos.

En tierra la renovación total continúa, y como parte de la inversión de la aerolínea de $ 200 millones en la experiencia de viaje de lujo, American inauguró recientemente nuevos Flagship Lounges y Flagship First Dining en Miami y Dallas/Fort Worth. American Airlines es la primera aerolínea de los Estados Unidos en ofrecer a sus clientes viajando en primera Clase y a clientes Premium una verdadera experiencia al estilo restaurante.

“Queremos que nuestros clientes tengan una experiencia de lujo desde el momento que llegan al aeropuerto hasta que desembarcan del avión”,  expresó Matías Rojas, gerente de Ventas para Chile. “Con este nuevo producto, Flagship First Dining, nuestro objetivo es proporcionar una experiencia de restaurante de cinco estrellas con excelente comida y sabores locales. Es un servicio completo de cortesía en el que nuestro cliente puede elegir el plato que más le guste y acompañarlo con vinos seleccionados o disfrutar de cócteles diseñados especialmente”.

El compromiso de la aerolínea va más allá de sus operaciones y de sus productos, y se extiende a su equipo de más de 240 empleados en el país. Con una base de auxiliares de vuelo, American está bien posicionada en el corazón de los chilenos.

“Nuestros empleados son el corazón de American en Chile,” dijo Karla Pérez, gerenta de Aeropuerto en Chile. Los empleados de American en Chile sirven a la comunidad a través de diferentes iniciativas, como organizando visitas de niños de fundaciones como Las Azucenas o la Fundación María Ayuda al aeropuerto, disfrutando de visitas guiadas en una aeronave proporcionadas por voluntarios de la base de vuelo y de pilotos. “Es maravilloso recibir a los niños a bordo, algunos de los cuales jamás se han subido a un avión, y ver la alegría reflejada en sus rostros. Estamos felices de continuar nuestra tradición, una importante parte de nuestro compromiso con el país”, dijo Karla Pérez.

FUENTE: american-airlines-la-renovacion-de-un-gigante

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