La segunda aerolínea más grande de la Isla-Continente, Virgin Australia, entró esta semana en “concurso de acreedores”. Desde la empresa indicaron que lo que se busca es “recapitalizar el negocio” y garantizar que, cuando concluya la pandemia, la empresa quede “en una posición financiera más sólida”.
Virgin entra en concurso de acreedores y el mercado clama por su supervivencia
Virgin Australia posee una flota de 91 aviones y una plantilla de 10 trabajadores. Además, mantiene una deuda cercana a los US$ 3.160 millones. Esto la llevó a pedirle ayuda financiera del gobierno australiano liderado por el primer ministro Scott Morrison. Pero el pedido fue denegado.
Aunque la empresa lleva la marca Virgin, sólo le pertenece en un 10% al magnate británico Richard Branson, creador del Grupo Virgin. El resto de la compañía le pertenece fundamentalmente a Etihad Airways (21%), Singapore Airlines (20%), Nanshan Group (20%), el hólding chino HNA Group (20%) y accionistas minoritarios.
“En la mayoría de los países, el gobierno ha salido a ayudar a las aerolíneas en esta crisis sin precedentes para el sector. Tristemente esto no ha sucedido en Australia”, declaró Branson a la prensa.
Contra el monopolio.
La Asociación de Alojamiento y Turismo de Australia manifestó públicamente que, si Virgin Australia desaparece, el mercado aéreo quedaría en manos de un virtual monopolio en manos de Qantas y las tarifas se incrementarían. “Tener un mercado nacional de aerolíneas competitivo es esencial para el futuro crecimiento y recuperación del sector de alojamiento turístico”, dijo el CEO de la Asociación, Dean Long.
En el mismo sentido, el CEO de Tourism Accommodation Australia, Michael Johnson, expresó: “Los hoteles en destinos regionales en particular, como Cairns, dependen en gran medida de Virgin y Qantas y de la competencia existente entre ambos. Lo último que necesitan es que una aerolínea nacional se derrumbe”.
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