Como una "verdadera sorpresa positiva" calificó Jean Marc Mignon, presidente de la Organización Internacional de Turismo Social (OITS), a las políticas presentadas por los gobiernos de Chile y otros países latinoamericanos en el marco del Encuentro de las Américas de Turismo Social, organizado por la OITS Américas y el Sernatur. En el evento, que se realizó en las ciudades de Santiago y Pucón, Mignon tuvo la oportunidad de conocer los programas sociales del propio Sernatur así como de otras entidades turísticas latinoamericanas, e intercambiar opiniones acerca de los desafíos del turismo social, tanto en la región como a nivel mundial.
“El turismo social en América Latina es mucho más avanzado de lo que pensábamos”

¿Por qué es importante este Encuentro de las Américas?
En la OITS muy a menudo hacemos un montón de encuentros en Europa, porque allá están los países que son parte de la organización desde sus inicios. Sabemos mucho de ellos pero muy poco de lo que pasa en América Latina, donde no tenemos el mismo conocimiento de los programas ni las políticas de los gobiernos. Y la verdad es que a mí me sorprendió muchísimo ver todo lo que existe acá. Un encuentro de este tipo nos da la oportunidad de apreciar la importancia del turismo social en Latinoamérica y, francamente, es mucho más avanzado de lo que pensábamos. Yo creía que Europa estaba adelantada, pero es mucho más equilibrado.
¿Qué opinión tiene respecto de los programas de turismo social del Sernatur?
Los tres programas que el Sernatur inició (Vacaciones Tercera Edad, Gira de Estudio y Turismo Familiar) son muy buenos y apoyan a los tres segmentos de población que tienen menos acceso al turismo. Me parece perfecto a nivel de concepto aunque, claro, siempre hay un problema de medios y de presupuesto para desarrollarlos. Pero diría que el Sernatur con estos tres programas me parece bien situado, tanto en la voluntad política como en la realización. Creo que en Chile hay un problema aún no solucionado con el alojamiento para los jóvenes de entre 18 y 30 años que viajan. Faltan albergues juveniles, y eso me parece una pena porque un país con tal riqueza turística es ideal para jóvenes que quieran descubrir la naturaleza. Este segmento de turistas a nivel internacional es muy importante: el 25% del turismo internacional son jóvenes. Gastan menos por día, pero se quedan más tiempo en los destinos y son embajadores formidables de los lugares que conocen.
¿Cómo ve el desarrollo de turismo de la tercera edad en Latinoamérica?
Es importante porque tanto Chile como otros países de América Latina tienen un nivel de desarrollo bastante bueno, un poco como Europa, con un gran envejecimiento de la población. Es gente que tiene más tiempo, que les gusta hacer experiencias en grupo y que a veces no tienen un nivel de pensión que les permita viajar solamente con sus recursos. Por eso el turismo de la tercera edad tiene una dimensión incluyente dentro de la sociedad y de la vida cotidiana. Conozco bien el programa que hay en España desde hace 30 años. Tuvo un papel de socialización fenomenal, con beneficios incluso de seguridad social, porque todos los estudios que se hicieron al respecto dieron como resultado menos gastos en medicina y un sentimiento de bienestar general. Lo que se podría hacer en Latinoamérica a futuro es intercambiar programas para el adulto mayor con los países de alrededor, y que, por ejemplo, Chile pueda acoger a tercera edad de Brasil o Uruguay y viceversa. Puede ser una apertura interesante. Yo sabía por escrito lo que hacía Chile con los adultos mayores, pero ahora lo veo acá y me impresiona.
¿Cuáles son los desafíos a futuro de la OITS?
Tenemos un desafío muy importante. Hace seis meses, en el Congreso Mundial que tuvimos en Croacia, dimos un gran paso al fusionarnos con una red internacional de turismo responsable y sostenible. Nos parecía poco provechoso quedarnos solos en nuestro nicho. Es más diligente agrupar fuerzas y recursos para tener una organización internacional que tenga una visión global del turismo social, solidario y sostenible, y que podamos llevar esta palabra a los gobiernos y organizaciones de turismo de los distintos continentes. Desde la OITS nos encargamos de la dimensión social: el apoyo a las personas para que tengan acceso al turismo. Desde lo sustentable es la dimensión responsable del turismo. Para ello es importante que el tipo de destinos que promocionemos sean muy respetuosos con la gente que trabaja en el sector y con el medioambiente. Queremos tener una mirada humanista del turismo.
Por último, ¿qué opinión tiene respecto a la organización de este evento?
Yo estoy muy feliz de que nuestra sección Américas haya decidido realizar el encuentro en esta parte de América Latina. Hicimos muchas cosas en México y Brasil, pero no en otros países. Estamos muy agradecidos con el Sernatur por haberlo organizado, porque nos da ideas y conceptos nuevos. Estoy muy conforme y feliz de que existan estas instancias de intercambio de experiencias entre nosotros.
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