En los últimos tiempos, la pequeña República de El Salvador comenzó a figurar en los planes de los viajeros inquietos, especialmente entre aquellos que buscan naturaleza, buen clima y seguridad. De hecho, según la consultora especializada ForwardKeys, se trata del país con mayor proyección de crecimiento turístico de América Latina, con una suba del 39% en la compra de billetes aéreos respecto a los niveles previos a la pandemia.
Un boom que tiene como principal gestor al presidente Nayid Bukele, del partido derechista Gran Alianza para la Unidad Nacional (GANA), que llegó al cargo en las elecciones de 2019 con el 53% de los votos.
De aspecto juvenil (tiene tan sólo 41 años) y activa participación en las redes sociales, Bukele llegó al poder prometiendo mano dura contra las pandillas de delincuentes –las temidas “maras”– que asolaban el país. Y cumplió: 2021 resultó el año más seguro en la historia de El Salvador, con una bajísima tasa de homicidios: 17,6 por cada 100 mil habitantes.
Con números tan alentadores, especialmente con el tema seguridad fuera de las primeras planas, el dinámico Bukele quiere hacer realidad una ambiciosa iniciativa focalizada en el surf y la vida de playa que podría convertirse en un gran disparador económico para el país: Surf City.
El Salvador, al compás de las olas
La meta de Surf City, cuyas obras están avanzando, es sacar provecho de la extensa franja marítima del país. Y, claro está, sus potentes olas. Según algunos expertos, entre las mejores del mundo para disfrutar de ese deporte.
Pero no todo será surf. En la zona de La Libertad se acaba de inaugurar un parque de diversiones, Sunset Park, dotado de juegos mecánicos y una plaza gastronómica con 12 restaurantes.
En declaraciones a Bloomberg, Morena Valdez, ministra de Turismo, resaltó: “Todos piensan que Surf City será eso, una ciudad de surf, pero no. El presidente lanzó este impulso económico dirigido al turismo en general porque no sólo beneficia el empleo directo, sino también a toda la cadena de valor”.
El proyecto apunta a dotar de infraestructura turística a los 311 km. de playas de El Salvador. Y para ello cuenta con la ayuda de China, que financiará las instalaciones necesarias, incluyendo plantas para el tratamiento de aguas residuales, ampliación de las zonas recreativas y la instalación de 42 km. de tuberías de agua potable, entre otras iniciativas.
Además, las arcas del Estado cuentan con US$ 106 millones otorgados en préstamos en septiembre pasado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para promover la expansión y recuperación del turismo.
Pero Surf City también tiene detractores. Gente local que teme que la explosión de visitantes pueda atentar contra la sostenibilidad y la paz del enclave. Y son muchas las voces que se alzan en tal sentido.
Sin embargo, el presidente avanza con este y otros proyectos, motorizado por una tasa de aprobación del 86%, más que suficiente para imponerse en su reelección, en 2024.
Te puede interesar: Web page oficial de Surf City
Temas relacionados