Cuando ya quedan pocos días para terminar el año, época en que acostumbrábamos a hacer balances, este 2020, Annus horribilis o año de gran infortunio según la RAE, lo que menos queremos es evaluar y medir. Y es que el impacto que han sufrido los viajes y el turismo a causa de la pandemia es inconmensurable.

Lorena Arriagada, secretaria general de Achet.
Por el contrario, lo que sí podemos medir son las perdidas de una industria que está sufriendo más que el resto de los sectores claves de la economía mundial. Según datos de la OMT, el 2020 los arribos internacionales habrán descendido entre un 60 y un 80%, registrándose hasta 1.100 millones de llegadas menos; los países perderán cientos de miles de millones de dólares en exportaciones por turismo y entre 100 a 120 millones de trabajadores de la actividad –el 40% del total– se habrán quedado sin empleo.
El sector ha estado en pausa prácticamente un año, es decir las empresas turísticas, en Chile cuya mayoría son Pymes y emprendimientos familiares, con ningún ingreso por ese largo período luchan por mantenerse vivas con asombrosa fuerza y tenacidad. Han sido estoicas.
Vivimos en un estado de incertidumbre nunca imaginado y buscamos inútilmente algunas certezas a las cuales aferrarnos, sin embargo, mundialmente y en particular en la región latinoamericana, ahora la sostenibilidad de esas Pymes y emprendimientos familiares está sujeta a que las decisiones de las autoridades nacionales respecto a las restricciones de la movilidad –que es la esencia de los viajes– logren generar la mayor estabilidad posible en esta época de turbulencias.
Frente a este panorama, la apuesta por el turismo es a mediano y largo plazo, porque hay un hecho indudable: el sector se recuperará ¿cuándo?, es muy difícil saber con certeza, más aún dependiendo de factores exógenos como el logro de la inmunidad colectiva gracias a las vacunas desarrolladas para el Covid.
Hoy, la ayuda del Gobierno es vital para intentar mantener a las empresas y con ello el sostenimiento de los empleos. Salvo unos pocos meses al inicio de la pandemia, las empresas –sin ningún tipo de ingresos– han mantenido con inmenso esfuerzo a una parte de sus trabajadores.
Qué duda cabe que el 31 de diciembre a las 23.59 hs. de 2020, el pensamiento será uno solo en todo el mundo: Por fin, ¡¡¡adiós 2020!!! Y toda la buena energía para 2021, que comenzaremos con la esperanza de que sea un reinicio de mejores noticias para todos.