"Si la empresa decide solicitar la administración extraordinaria se realizará lo más pronto posible la apertura del procedimiento y el nombramiento del comisario extraordinario", dijo Pier Carlo Padoan, ministro de Hacienda de Italia. Y continuó: "El gobierno no está dispuesto a participar directa o indirectamente en el aumento de capital. Alitalia es un empresa privada y el resultado de su actividad se debe exclusivamente a las decisiones de los accionistas y la administración. Cualquier intervención del Estado está destinada únicamente a evitar la interrupción de las actividades de la compañía". Así se descartaba, al cierre de esta edición, otro de los planes alternativos y soluciones a la crisis financiera de Alitalia.
Horas antes, Ulrik Svensson, director financiero del Grupo Lufthansa, había sido tajante: "No vamos a comprar Alitalia".
El más reciente capítulo de la turbulenta historia de Alitalia comenzó a escribirse el lunes pasado, cuando el 67%, del 90% de los 12.500 empleados de la compañía que participó en la consulta, le dijo que no al plan de ajuste. El CEO de la empresa, Cramer Ball, delineó un plan para sacar a la compañía adelante que presentó al Consejo de Administración y tras conseguir su visto bueno, lo negoció con la dirección sindical que también respaldó la propuesta. Sin embargo, en el último paso de su aprobación, los empleados debían votar y se manifestaron en contra. Por lo pronto, el Consejo de Administración fijó una nueva reunión para tratar el tema el próximo 2 de mayo.
Una gran incertidumbre pesa sobre Alitalia y su futuro
El no de los empleados al plan de ajuste empujó la empresa la abismo y de a poco, las alternativas se van descartando. Lufthansa negó la posibilidad de comprarla y el gobierno italiano admitió una intervención en la gestión, y hasta la opción de conceder un crédito pero negó que se vaya a capitalizar a la compañía o a comprarla parcialmente. En tanto, las operaciones estaría cubiertas, financieramente, por los siguientes seis meses.

Lo que decía el plan.
¿No podría haber más interesados en comprar Alitalia? Y es que algo similar sucedía con el plan de ajuste, los fondos frescos que se necesitaban para la empresa estaban comprometidos, pero la decisión es no inyectarlos en una empresa que no es rentable. Y eso mismo es el gran impedimento para encontrar compradores.
El plan apuntaba a una reducción de costos de € 1.000 millones para 2019. La iniciativa incluía una capitalización de € 2.000 millones de los que € 900 millones consistían en dinero fresco. Pero a cambio de esto, se contemplaba 1.700 despidos y la desprogramación de 20 Airbus de la Familia A320. Además, Alitalia planeaba lowcostizar su producto de corto y medio alcance para competir precisamente con las líneas aéreas de bajo costo que ya acaparan el 47% del mercado aéreo italiano.
El gran desafío no expresado es recuperar la preferencia del pasajero. Para tener una noción, mientras en 2007 la empresa transportó 26 millones de usuarios, en 2015 esa cifra había caído a 22 millones. La combinación de reducir los costos y ajustar el producto le hubiera permitido, según el plan, incrementar los ingresos en un 30%, pasando de € 2.900 millones a casi € 3.700 millones para 2019.
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