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IATA desmiente a LADEVI, pero reconoce el default del sector

Aclaró que no está en default como organización y si el BSP no da curso a los reembolsos es porque las compañías aéreas, sus socias, no tienen el dinero.

Es cierto, IATA no está en default, tal como titula LADEVI en una nota publicada en ladevi.info y en las ediciones de La Agencia de Viajes Ecuador y Chile, y es realmente innecesario y hasta vergonzante que directivos de la entidad se hayan encargado de acusarnos de difundir una carta falsa del director General y CEO de la entidad, Alexandre de Juniac, y se llenen la boca y saturen los WhatsApp con el moderno Fake News, máxime con tantos problemas serios que tienen que resolver en el marco de la recesión que está generando el Coronavirus.

Sobre el fin de la jornada llegó la anunciada “desmentida” bajo el formato de una carta abierta difundida profusamente, en la que la Asociación busca confundir al lector entre el rol de la entidad y sus socios y utiliza la desmentida, al giro periodístico utilizado por este medio, para mostrar normalidad en el sector aerocomercial.

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Así, su vicepresidente para Las Américas, Peter Cerdá, declara que “todos los sistemas de liquidación financiera de IATA funcionan sin interrupción y la estabilidad y liquidez de éstos están salvaguardados” sabiendo perfectamente que ese no es el problema: el problema es que no tiene los fondos que deben girar y que deben autorizar las aerolíneas.

Ahora bien, con relación a los reembolsos, en la propia aclaración IATA admite que “el hecho es que estos fondos son mantenidos por las aerolíneas y no por IATA. La política sobre cómo manejar los reembolsos es una decisión comercial que depende únicamente de las aerolíneas de manera individual, sujeto a las regulaciones locales”. Es decir, pasando en limpio, si las compañías no reembolsan no es por decisión de IATA o del BSP, sino de las propias compañías aéreas. Vale un paréntesis: muchas líneas aéreas ya han desactivado la opción de devolución automática vía GDS, centralizando mediante el camino indirecto, el BSP Link.

La misiva que recibimos de IATA detalla que la Asociación: “Ha estado trabajando en la adaptación de sus sistemas de pago para permitir a las agencias de viajes aceptar cupones, en los casos en que las aerolíneas emitan estos en lugar de un reembolso en efectivo”. Pero lo cierto es que en una buena parte del planeta hay legislación que habilita al pasajero a exigir los reembolsos en el modo y moneda que han pagado (las “regulaciones locales” de las que habla IATA). En definitiva, el sistema de los cupones no solo es inconsulto sino también ilegal en la perspectiva de que la legislación nacional de muchos países (comenzando por la de la Unión Europea y de Estados Unidos), establecen que la entrega de esos cupones o vouchers no puede ser compulsiva y que el pasajero siempre tiene derecho a recuperar su dinero. Y rápido.

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#Weareaviation

Hace pocos días, la Asociación lanzó una iniciativa buscando la empatía de la sociedad, su apoyo emocional y sentimental. En la carta original, destinada a las agencias de viajes, también hablaba de buscar soluciones comunes. En la nota aclaratoria que recibimos, Peter Cerdá, vicepresidente de IATA para Las Américas, afirma: “Este es el momento para que todas las partes interesadas de la cadena de valor de la industria de los viajes trabajen juntas a fin de estar en condiciones de reiniciar el sector cuando llegue el momento”.

Sin embargo, IATA no planteó el problema de los reembolsos y llamó a buscar soluciones comunes. La empatía que pide, no la brinda: las compañías aéreas sencillamente niegan los fondos porque no se disponen del dinero sin pensar si eso perjudica o no a las agencias de viajes o a los propios pasajeros.

Las compañías aéreas pretenden que los usuarios se conformen con cupones (bonos o vouchers) a cambio del dinero abonado, y admiten por otra parte, en otros comunicados, la posibilidad de quebrar. Es decir, obligan a los pasajeros, muchos de ellos también viviendo sus propias crisis económicas hogareñas, a quedarse con un pasivo sin saber si quiera, si podrán volar en el futuro, porque las propias aerolíneas no pueden garantizar su supervivencia o sus servicios.

De hecho, en Estados Unidos, un grupo de senadores enviaron una carta a los CEOs de las líneas aéreas para pedirles que den curso a los reembolsos como un “deber moral”. La empatía que reclama el sector alcanza solamente a pedir la asistencia financiera, pero no a honrar las deudas con el principal sostén y real garantía de futuro del sistema: el pasajero. Y más allá de interpretaciones, en Estados Unidos, el Departamento de Transporte (DOT) de Estados Unidos emitió un comunicado en el que afirma que “las aerolíneas estadounidenses y extranjeras siguen obligadas a proporcionar un reembolso rápido a los pasajeros de los vuelos hacia, dentro o de los Estados Unidos cuando el transportista cancela el vuelo programado del pasajero o realiza un cambio significativo en el horario y el pasajero decide no aceptar la alternativa ofrecida por el transportista”. “La obligación de las aerolíneas de proporcionar reembolsos, incluido el precio del boleto y cualquier tarifa opcional cobrada por los servicios que un pasajero no puede usar, no cesa cuando las interrupciones del vuelo están fuera del control del transportista (por ejemplo, como resultado de restricciones gubernamentales)”, precisa el DOT. “El Departamento está recibiendo un número cada vez mayor de quejas y consultas de pasajeros con boletos, incluidos muchos con boletos no reembolsables, que describen que se les negaron reembolsos por vuelos que fueron cancelados o retrasados significativamente. En muchos de estos casos, los pasajeros declararon que el transportista les informó que recibirían cupones o créditos para futuros viajes”, continúa el comunicado. Y finalmente, el DOT habla de los cupones: “Debido a que la emergencia de salud pública de Covid-19 ha tenido un impacto sin precedentes en los viajes aéreos, la Oficina de Control de Aviación de DOT ejercerá su discreción de cumplimiento y brindará a los transportistas la oportunidad de cumplir antes de tomar medidas adicionales. Sin embargo, la Oficina de Control de Aviación supervisará las políticas y prácticas de reembolso de las aerolíneas y tomará medidas de cumplimiento según sea necesario”. Cabe recordar que Estados Unidos fue uno de los primeros en reaccionar ante la crisis, con ayudas a las líneas aéreas y que ya aprobó en su Congreso, un paquete por unos US$ 25 mil millones.

Por supuesto que esta crisis no está generada por el sector de las líneas aéreas sino por el virus chino, pero los modos prepotentes y avasallantes de este proveedor, de raíces monopólicas y prebendarias, generan su propia pandemia.

Por Gonzalo Yrurtia (Director Editor)

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