El lujo no es necesariamente extravagante. Los destinos y productos turísticos de alta gama tampoco. En todo caso, la aproximación más adecuada sería la perfección: el turismo de lujo apunta más a la perfección que a la opulencia, pero la perfección tiene su precio.
El turismo de lujo en Chile no está pensado para chilenos
En el caso de Chile, este precio no resulta atractivo para los consumidores nacionales: prefieren destinos con mejores tarifas en el extranjero. Lo oferta está pensada más en viajeros provenientes de Norteamérica, Europa, Asia y los Emiratos.
La tendencia actual en la alta gama de la industria refleja que existe un interés de los viajeros en la naturaleza, en el turismo de responsabilidad enfocado de conservación del medio ambiente, en la salud, bienestar, atención plena, yoga, meditación y experiencias gastronómicas más ligadas a lo sensorial que a la gula. En síntesis, los viajeros de lujo buscan dejar una huella en el destino que visitan y vivir situaciones únicas y conscientes.
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¿Cómo es el perfil del turista de lujo chileno?
Según Richard Watkinson, director de ventas de Pacific Reps (turoperador especialista en la materia), los clientes chilenos que consumen este tipo de productos suelen estar en su etapa de disfrute de la vida, jubilación, o en un escenario en el que simplemente no tienen rendir cuentas a sus horarios laborales. Por eso mismo, sus viajes suelen ser más prolongados, tranquilos, sin apuros y les permiten cumplir sus expectativas de conocer todo aquello que quieren conocer de un destino.
Este tipo de pasajeros "buscan justamente productos u hoteles que tengan una propuesta de valor diferente, que tengan un alma, un espíritu, que se sientan en casa, que se preocupen de ellos, explicó Watkinson.
Otro rasgo del turista de lujo es ya conoce buena parte de los continentes. Además, suele incluir varios destinos en el mismo viaje. Asimismo, es flexible a la hora de mezclar visitas vinculadas al trabajo con las vacaciones.
¿A qué destinos viajan los turistas de lujo chilenos?
Siguiendo los indicadores de Pacific Reps, los destinos de lujo mejor posicionados en Chile son: Saint Barth y Anguila como parte del Caribe no tradicional; Courchevel en Los Alpes europeos; países nórdicos como Noruega, Dinamarca o Islandia, que los clientes recorren vía terrestre para "tener una sensación de mayor calidad de destino" o en cruceros expedicionarios de cinco estrellas (con barcos que mitigan sus emisiones de carbono).
También despunta la figura de Maldivas: una isla recóndita en el sur de Asia a la que se puede llegar con avión privado y que ofrece hotelería de lujo con villas sobre el agua que gozan de espacios de 200-300 metros, con mayordomos y servicios privados.
Y no puede faltar el safari de lujo, en África. Actualmente, según Watkinson, los turistas están tratando de aportar a los procesos que tienen un impacto o dejan una huella. Así, participan en reforestaciones para atender los ecosistemas golpeados por incendios, o en reubicaciones de rinocerontes (para trasladarlos a lugares protegidos, alejados de las zonas de caza).
"Los clientes piden participar activamente en lo que son actividades de huella, de impacto", confirmó el representante de Pacfic Reps.
Por otro lado, existen muchas solicitudes para visitar parques nacionales en Estados Unidos y Canadá (en ambas costas).
La importancia del alojamiento
El destino, por más exótico que sea, no constituye por sí solo el turismo de alta gama. Es necesario contar con alojamiento. Pero, al igual que lo que buscan los pasajeros, este no puede ser brusco y cortar la armonía de un lugar con detalles estrambóticos: debe estar en sintonía con su entorno.
"Yo creo que el turismo de lujo hoy día va más a la experiencia en el lugar, la experiencia local: sentirse uno más de la zona o del lugar", opinó Watkinson.
Sin embargo, esta adaptabilidad de los hoteles no se traduce en una depresión de la calidad. Los servicios esperados son los mismos en términos de comodidad; la eficacia a la hora de hacer el check-in y el check-out es un requisito importante; y los alojamientos siguen estando sujetos a las certificaciones que validan el cumplimiento de los estándares.
"Hoy el servicio de la hotelería de lujo apunta a un nivel de personalización muy alto", agregó el especialista.
Además, indicó que "el lujo no es tanto lo que tiene o lo que no tiene un hotel, sino que es la propuesta que hace justamente en las actividades y en el entorno".
¿Qué lujos ofrece Chile?
Así como sucede en otros ámbitos del sector, el turismo de lujo en Chile intenta sacar provecho de su variedad de ecosistemas. Los desiertos, mares, lagos y ríos, la cordillera, Isla de Pascua y la Antártica componen una oferta única.
A ello se le debe agregar que muchos de estos recursos naturales no han sido tocados por el humano, y, como comentó Watkinson, "finalmente es lo que la gente muchas veces transforma en lujo: lo que no ha sido desarrollado por el ser humano, lo que sigue prístino".
"Claramente hay un potencial y una oportunidad de ser un destino líder en lo que es lujo cristino", añadió. No obstante, reconoció que hace falta una estrategia a largo plazo que permita mantener dichos recursos intactos.
La hotelería de alta gama en Chile se diseñó pensando en visitantes provenientes de Norteamérica, Europa, Asia y los Emiratos. Y estos, según Watkinson, "son turistas que buscan lugares alejados, lugares remotos, lugares que tengan mucho contacto con la naturaleza; no buscan mucho las ciudades".
Aunque el servicio de las propuestas de lujo en Chile es "extraordinario", y es motivo de orgullo dentro del rubro, no está pensado para el consumo de los viajeros nacionales: se trata de "tarifas que en general son mucho mas altas de lo que un chileno estaría acostumbrado a pagar afuera".
Alta gama: un mercado "vacunado" durante la pandemia
La pandemia tuvo impactos negativos en todos los sectores productivos de todo el mundo. Es claro que algunos se vieron más golpeados que otros. El turismo en general no la pasó bien, pero el turismo de alta gama fue capaz de "absorber de mejor manera el shock".
El factor que explica que las ventas (aunque mermadas) se mantuvieran durante los brotes de Covid-19 a nivel global es el consumidor. "El cliente que apunta a este tipo de producto tiene presupuesto, tiene tiempo y puede darse también la posibilidad de viajar cuando no todo el mundo lo puede hacer", resumió Watkinson.
Es por eso que Pacifc Reps vendió lunas de miel a Ruanda y Seychelles, y mantuvo destinos como Saint Barth, aun durante la pandemia.
Aunque el turoperador ya está alcanzando sus cifras de ventas de 2019, el director de ventas admitió que 2023 va a ser un año desafiante por el delicado escenario económico. Pero pese a ello se mantienen optimistas: "aún así creemos que los números van a ser muy interesantes".
Actualmente están detectando un repunte hacia destinos que estuvieron bajo cuestionamiento durante la pandemia: el interés por el sudeste asiático y los Emiratos está volviendo.
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